Personas inseguras, y sus implicaciones en su empresa

Algunas personas son más seguras de sí mismas que otras. En una entrevista esto es un atractivo... ¿pero hay situaciones en las que contratar a alguien inseguro sea mejor?

Hoy en día los gerentes se enfrentan a muchos retos al momento de contratar personal que sea productivo para sus empresas. Representa un gran desafío conseguir una persona con los conocimientos, las actitudes, la personalidad, y, particularmente en el caso de cargos gerenciales y ejecutivos, la seguridad necesaria para el cargo. Esta “seguridad” implica un poco más para nosotros que lo que usualmente se piensa, y la importancia de esta característica no debería menospreciarse.

La seguridad, en pocas palabras, es la confianza que una persona tiene en su propio juicio. Una persona segura de sí misma confía en su criterio, puede tomar una decisión más fácilmente, y tiende a mantener esta decisión hasta ver su resultado. Por el contrario, alguien que con una seguridad más baja será más flexible, pero a veces le costará decidirse, y fácilmente cambiará de rumbo a mitad de camino, sin saber realmente si el rumbo inicial habría funcionado o no.

El efecto de este factor en la toma de decisiones es lo que lo hace tan importante en cargos ejecutivos. Después de todo, poner rumbo a la organización es la función principal de los cargos altos. Y alguien que cambie constantemente de rumbo va a volver de la empresa una veleta, cambiará las estrategias a menudo, confundirá fácilmente a sus subordinados y posiblemente incluso haga que se desperdicien cantidades considerables de trabajo. Pero esto no significa que una persona "insegura" no sea contratable.

 

"Inseguro" no significa "inempleable"

Antes que nada, es importante aclarar que no existen personalidades buenas ni malas a los ojos de un buen contratante (con algunas pocas excepciones puntuales). Lo importante es colocar a la persona correcta en el cargo correcto. Una persona perezosa puede parecer difícil de contratar, hasta que necesitas a un guardia de seguridad que necesita estar sentado por 12 horas en una silla. ¡Una persona altamente activa sencillamente no podría funcionar en este cargo!

Entonces para ver cuándo viene bien una persona insegura, vamos a ver qué implica ser inseguro en primer lugar.

 

Cómo actúa alguien "inseguro"

Alguien que tenga baja seguridad es una persona algo influenciable, impredecible, y a menudo impulsiva. Los pros de una persona así son que no le molesta estar en puestos inestables o con funciones cambiantes, le gusta aprender cosas nuevas constantemente, y puede ser bastante creativa. Tampoco le molesta lanzarse a nuevos negocios sin preparación, aunque su éxito en ellos dependerá de otros factores. Estas personas suelen desertar de cargos rutinarios tan pronto ya no haya nada nuevo por aprender, y en cargos ejecutivos pueden crear confusión en sus subordinados con sus constantes cambios en sus planes.

Cabe aclarar que esto es una generalidad, y no es raro ver a una persona impulsiva mantener un cargo más bien rutinario por muchos años. Lo que suele suceder en estas ocasiones es que la persona encuentra o obtiene la seguridad que le falta de su trabajo constante y rutinario, y puede ser un excelente miembro de equipo en este cargo. Hemos visto casos como estos muchas veces, y la manera de verificarlo es observando la estabilidad laboral previa de la persona.

 

Cómo actúa alguien "seguro"

Un individuo con una alta seguridad será constante y persistente. Cuando la seguridad es muy alta, esta persona se vuelve psicorrígida, y cambiar de curso se volverá difícil para él. Sin embargo, esto también implica que es muy improbable que esta persona tire la toalla cuando se decida a hacer algo. Los pros de una persona segura son su persistencia, y lo predecible que es su rendimiento. Un asistente contable altamente seguro es ideal, y un líder, aunque idealmente no debería ser psicorrígido, se beneficiará de ser bastante seguro ya que mantendrá sus decisiones, y no producirá caos en su equipo de trabajo.

Sin embargo, la vida no tiene un mapa. El hecho ser demasiado seguro a veces puede ser un problema al momento de resolver un inconveniente imprevisto. Para estas personas también puede ser bastante desesperante entrar en un ambiente muy creativo, inestable o donde no exista un plan de acción constante. Y es por esto que una empresa necesita personas de ambos tipos.

 

El fundador y el administrador

La historia de una empresa a menudo comienza con una persona “insegura” lanzándose por el precipicio del emprendimiento, creando un nuevo mercado o intentando apropiarse de un pedazo del pastel de un mercado existente. El emprendimiento a menudo es caótico y difícil, y está lleno de imprevistos y años de aprendizaje por prueba y error.

Pero las empresas que prosperan usualmente lo hacen porque, a la mitad del camino, llega alguien “seguro”, un administrador. El fundador tuvo una idea loca, y la hizo funcionar. Sin embargo, esto no asegura ni de cerca que cualquier idea loca del fundador funcione, y es la tarea del administrador asegurarse que las cosas que funcionan en la empresa se sigan haciendo tal cual se hacen.

No es rara la historia de la empresa exitosa que locamente decide perseguir un nuevo rumbo y fracasa estrepitosamente, arruinando su éxito y estabilidad previos. Basta ver el caso de Meta, el viejo Facebook, sobre el que publicamos un artículo hace poco. Si quieres saber cómo evitar esto, puedes leer ese artículo dando clic aquí.

 

Y entonces, ¿Qué se necesita en un ejecutivo?

Para un gerente el balance es importante. Tener un buen nivel de seguridad, pero mantener cierto grado de flexibilidad al mismo tiempo es importante para quién es la persona encargada de la estrategia de la empresa. Un gerente debe lidiar con problemas que surgen de la nada, situación en la cual sufriría alguien psicorrígido, pero al mismo tiempo ponerle rumbo y mantenerlo hasta llegar a destino, de manera que alguien impulsivo tampoco sería ideal.

Gerenciar una empresa es como ser el capitán de un barco. Si vas de Miami a Londres, tendrás que navegar por varios meses para llegar, y no te puedes permitir, a la mitad del camino, decidir que prefieres ir a cazar ballenas en Groenlandia. Pero por el camino habrán tormentas, y debes ser capaz de responder rápido a las crisis, y no permitir que el viento arranque tus mástiles.

Como siempre resaltamos en Performia, tener una tripulación capaz y competente siempre termina siendo lo más importante. Pero incluso para elegir tu tripulación viene bien saber quién necesita ser seguro, y quién no tanto.

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