Trabajo es tortura

¡No desperdicie su vida!

Hace algunos días publicamos un artículo sobre cómo el trabajo es “satanizado” por muchas personas. La realidad es que el trabajo no existe simplemente para poder comprar el portátil o el celular desde donde leemos estas palabras.

Es interesante analizar cómo algunas personas se quejan de su trabajo; su jefe es muy estricto, sus compañeros no le ayudan, incluso el tinto de la máquina no sabe bien. Sin embargo cuando incluso estas personas pierden su trabajo de manera repentina, buscarán y encontrarán otro por una razón u otra. Y sí, el dinero es necesario para la supervivencia, y es un factor importante. Pero es mucho menos importante de lo que parece.

Si evaluamos esto con detenimiento, no sólo desde la perspectiva del individuo sino también el impacto que tiene con la sociedad, veremos que la ausencia de trabajo en la sociedad afecta no sólo el aspecto económico de una población sino también el aspecto social. La creación de núcleos delictivos y actividades ilícitas podrían ser fomentadas o consecuencia de la falta de empleo y el ocio de los individuos.

Desde la autoestima hasta la adquisición de bienes y servicios que contribuyan a la calidad de vida, el trabajo es necesario desde cualquier ámbito de crecimiento del individuo, la sociedad, el país, etc. No hay forma que un individuo explore sus capacidades plenamente sin el mismo. Sin embargo, la gente sigue pensando algo por este estilo:

 

¡El trabajo es tortura!

La verdad es que esto no es necesariamente verdad. Ciertamente algunas personas lo ven así. Y estas personas son coincidencialmente las personas más infelices de la sociedad. Son las personas que culpan de todas sus desgracias a los gobiernos, a las empresas, a los jefes, y a su “mala suerte”. Hace mucho que dejó de ser común el abuso a los trabajadores industriales, y hoy en día  lo único que consiguen los movimientos sindicales es destruir las empresas que alimentan a sus miembros.  A veces, las revoluciones surgen para instaurar una dictadura y no para derrocarla, como bien reflexiona G. Orwell en 1984.

Pero ahora mire a su alrededor, y busque a las personas más felices y exitosas que pueda, y se dará cuenta de un común denominador entre ellas: Pasión y gusto por su trabajo. Por supuesto que hay factores de todo tipo que influyen en la felicidad, pero el trabajo es a lo que dedicamos el 70% de nuestro tiempo de vida despiertos, de manera que es, discutiblemente, el factor más importante.

Y si mira solo hacia el éxito, hay personas muy exitosas gracias a un trabajo de mucho dinero, pero que no sienten verdadera satisfacción por hacerlo. Estas personas tampoco son demasiado felices.

“Realmente es un tema sencillo. Si estás trabajando en un lugar que no está alineado con tus valores como ser humano, se vuelve esa clase que era un ladrillo, ese trabajo forzado, y supremamente pesado. Pero si estás trabajando en algo que realmente te apasiona, estás trabajando en algo que al ser lo que te gusta sencillamente no lo volverías a llamar trabajo. Es por ello que lo más importante es que tú como individuo te conozcas y sepas qué trabajo te llena.” Indicó Jairo Pinilla Director de Performia Colombia.

Pero por supuesto, “sencillo” no significa “fácil”, y estamos conscientes de que la mayoría de personas no se pueden permitir dejar su trabajo y perder el sustento de sus familias por su satisfacción personal. Y hay personas que encuentran la alegría en su vida precisamente gracias a su familia o sus amigos, y no hay ningún problema con ello. Pero el trabajo sigue siendo aquello en lo que gastan más tiempo de sus vidas. Lo cual nos lleva al último punto:

 

No se lo haga más difícil

Si usted tiene un trabajo que, de pronto, no es exactamente con lo que soñaba de niño, no está solo en esa posición. De hecho la mayor parte de las personas trabajan para pagar sus facturas y nada más.

Pero aunque su trabajo no sea lo que más deseara en su vida, y cambiarlo no sea una opción, no se lo haga más incómodo. Enfóquese en sus resultados, encuéntrale el lado bello de sus resultados, y entienda el propósito de eso que usted hace. No hay trabajo digno que no le sea de ayuda a alguien, y el solo hecho de sentir que sus acciones tienen un rol en las vidas de muchas personas (y le aseguro que lo tienen) puede hacer sus días en la oficina, la obra, o su lugar de trabajo más amenos.

¿Y quién no quiere hacer su vida más amena?

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